Parece que de momento vamos bien con el régimen, he conseguido aguantar estas semanas y no tengo casi apetencias por nada distinto a lo que tengo que tomar. Todavía no he tenido ninguna “prueba” muy fuerte, pero sí que ha habido tentaciones que he conseguido pasar sin problemas. El mayor escollo con el que me encuentro es que me canso de comer casi lo mismo cada día y sé que es lo más sano para mi cuerpo.
Y aquí mis dos reflexiones:
– La primera es que he observado un patrón en la pérdida de peso, primero pierdo peso (como 500 gramos) y agua (que según mi báscula he observado que equivale a una pérdida de masa muscular) y al día siguiente o al otro veo la pérdida de grasa y un aumento en el peso (pero menos que el que he perdido). Estoy un par de días con el peso más o menos igual y vuelta a empezar. Realmente no me importa porque voy observando una pérdida de grasa y de peso, pero me ha parecido curioso, ya sabéis que me encanta analizar los datos que me da mi Tanita.
– La segunda es, ¿por qué no nos cansa desayunar un café con leche y un bollo cada día y sí tomar verdura cocida y carne a la plancha? La verdad es que por mucha tortilla de patata que coma o mucha paella, siempre que tengo ocasión, son platos que elijo y ahora llevo poco más de tres semanas con mis verduritas y mis sobres de proteínas y ya me aburro de forma soberana. ¿No se puede hacer una pastilla que haga que me encante la judía verde cocida y que sólo me atraiga un poquito un bollo industrial? jajajaj. En fin, que ya sabéis que la comida ocupa gran parte de nuestro pensamiento.
Y una sintonía de un grupo que me gusta Biella Nuei:
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